al márgen del libro de texto en las aulas compostelanas . ." Esto es inexacto, según hemos visto; pero las "aulas compostelanas" intervienen en la popularización de los versos de Curros, como ¡ahora diremos. Pasaron días desde aquella t;arde calurosa de junio; los jóvenes artistas se examinaron; el músico marchó a Galicia y el poeta se quedó en Madrid. Algunos años después, en el de 1877, casado ya Curros Enríquez, fué a Galicia a ver a su familia, y al llegar a Orense, se asomó en mangas de camisa al balcón del hotel en que se hospedaba. Allí estjaba tomando el fresco, cuando, unas casas más arriba, un coro de voces femeninas comenzó a cantar algo que le traía evocaciones de antaño ... El poeta parecí,a recordar; la letra, que percibía vagamente, parecía preguntarle: "¿No me conoces?". Pero no la conocía, por haberse introducido en ella una variante que le desconcertaba. Donde había escrito: "N'o xardín unha noite sentiada", la canción que escuchaba decía: "Unha noite n'a eirá d'o trigo". Pero al final de la estrofa no pudo menos de exclamar: Sí, eso es mío; sólo que me lo han desfigurado. . .". Las cosas habían pasado así: Su amigo Alonso Salgado había hecho popular la canción , primero en Trives, de donde era natural .después en Santiago entre los estudiantes. Y el pueblo habíja sustituido el jardín, que no siempre tienen las casas de los pobres, por la era de trigo. Todavía aparecía alterado el primer verso, con el trueque de la palabra "trégolas" ("Unha nena choraba sin tréerolas", sin tregua), por la de "coitada". Pero aunque esta "pillería del público", como la llama Curros, no sea una modificación muy feliz, por traer la repetición de la voz "coitada", que a los dos versos volvemos a encontrar, acaso tengamos que dar la razón al pueblo, que habrá querido adaptar más íntimamente a la música la letra , evitando el final esdrújulo de un verso, que quizá resulte algo violento en el canto. La "Cántig^i'* de Curros Enríquez, se hizo popularísima, y aún perdura, gozando de una fresca y perenne juventud. El ilustre Pérez Lugín ha venido a renovar, dilatándola, su boga. La voz pastosa y dulce de Carmifia ha sonado en todos los oídos, ha llegado a todos los corazones juveniles, encantándolos con la suave canción morriñosa . . . "N'o xardín unha noite. . .** Casimiro Cienfuegos. A tod os Conviene Saber... N 0 exageramos nada al decir que la variedad de elementos ciudadanos que cons tituyen la Colonia Gallega de Cuba, equivale a la diversidad, natural y necesaria, de los que componen la población de una provincia de cualquier país. La evidencia del hecho que acabamos de enunciar, salta a la vista con sólo considerar la importancia que, social, económica y culturalmente, tiene la Colonia Gallega de Cuba. De ello son pruebas irrecusables: El gran número de familias cubanas que tienen por cabeza a un gallego; el que buena parte de la Industria, el Comercio y la Banca, tengan a su frente o como parte interesada, además de los trabajadores ,a algún gallego. Y la importancia de la labor cultural que en beneficio de las juventudes cubanas, realiza nuestro Centro, por ejemplo, dicho lo han muchas veces la mayor parte de las primeras figuras cubanas en todas las nobles artes del saber. Pues si esto es asi, y en ello todos estamos contestes, ¿quién duda que al cabeza de familia; al industrial, y al comerciante y al profesional ,le conviene leer y anunciarse en CULTURA GALLEGA? No olviden nuestros favorecedores, que CULTURA GALLEGA es una revista moral que aspira a merecer de nuestros lectores, el honor de permanecer, merecidamente, sobre la mesa de centro, o de trabajo, donde puedan verla con simpatía las visitas o los clientes. Por todo lo que antecede, la significación del anuncio ,o la publicación de cualquier noticia de interés, cobrarán un valor especial, al ser puestos al alcance de los lectores por medio de CULTURA GALLEGA Y todo, por que CULTURA GALLEGA aspira a constituir para sus lectores algo de tal interés eme, a su recuerdo vaya asociada alguna impresión, bien objetiva, bien de carácter afectivo, emocional, o meramente grato. Para responder debidamente a todo lo que dejamos dicho, contamos, en primer término, con el deseo ferviente de acertar y, como diio en ocasión de saludar a la Nación argentina y a la Colonia española de aquella, D. Salvador de Madariaga, con el "de servir, porcme emien más sirve más és"; y, en última Instancia, con la colaboración y concurso de nuestros naisanos, que esperamos pondrán a contribución de la empresa editora de esta Revista, en la seguridad de eme no serán defraudados en sus deseos de que nuestra Galicia sea honrada como se debe por medio de CULTURA GALLEGA. CULTURA GALLEGA— 5