m'^.c s- \ yuü >,. .- c^ DIARIO DE PONTEVEDRA ¦?n? Redacción y Administración, calle de la Oliva LUNES 19 DE AGOSTO DE 1895 # •i- ^" -'"AítTEs Y Oficios \ . ..Aycf terminó en tsla ciudad el- certamen de A y O. .organizado por la sociedad aPrólectora del Obreros. Nosotros no hemos de^ ser como algún colega que censura dicho cerlámen después de cerrarse al publico; la defensa de los intei'eses de éste exige que las : censuras tengan lugar y se manifiesten, caso de merecerse, cuando ^. la exposición estiiviese siendo visitada, para de esa manera dar la voz de al^rtí^ pero no; aguárdase . á la.clausura, j "maldita la cosa . que importan ahora juicios crílicos y opiniones de más ó menos respetabilidad. Nosotros comprendimos per-" rectamente, que las condiciones de} local no permitían la concurrencia de mayor ni\mero de cxpo- inspirado en la justicia y en un 'senlimiento noble y que está más allá de lo que el trabajo material es en sí, cual es el amor que ese mismo trabajo causa/Reíiri<5udo-. se después á las relaciones ínfimas entre el Irahajo mecánico y. el inleleetual tuvo frases hermosí- manera que un cerebro uo produce nada sin nervios que le den movimiento,^ músculos que le sustenten y óiganos que le comuniquen su fuerza. Oq^póse después del trabajo como fuente de riqueza haciendo comprender á los obreros que el pavoroso problema social en el que desempeña el trabajo el papel principal, con el > trabado mismo se remedia, fundánAise pura ello en argumentos de la Filosofía y de Ja Historia. . siloi es, y. conceptuamos que conl ^^^ párrafos que dedicó al calos qnc asistieron era ya lo sufi-'pital y allrabajo fueron bellísimos pílal á los presidentes de éstos, pedimos la expulsión de obreros que tanto 'empeño tuvieron en rebajar aquél; y á la autoridad ct)m¡Setcntc un correctivo para castigar conduela como la apuntada. Si no querían prestar asentí* miento á lo hecho por el Jurado simas, aPirmando que sin el se- en buen hora que no fueran A rc- gundo el primero es estéril á la cogerlos premios^ lo protesta al .cíenle para dar una idea de lo tpie *1 arle y la industria progresa en ',Ponfevcdi^. Fundados en cslo ni ^ liemos lanzado á los vientos gran- ^des elogios, ni calurosas alabanzas, pérojampocD nos hemos valido . de ataques ni de reproches; liemos . estado en el justo medio sin hipo* cresta ni recelo; ácUo nos obligaba iiuestra conciencia. .L ^ En el Teatro,— G. dan le mente ' invitados por la comisión, hemos asistido anoche á la velada que y Henos de doctrina. Habló después nuicbo y bien do Galicia y de lasXíondiciones que á los gallegos acompañan en todas partes cuales son la herencia y la adaptación y deduje como consecuencia que si nuestra región se encuentra boy abatida, está llamada á obtener un gran porvenir que qui/.d no veremos nosotros pero si niieslros descendientes para los cuales debemos enorgullecemos en Iraiiajar. En fin; como la falta de espacio tenia por objeto repartir los pre- por un lado y la i'apidéz de pala- "íniOS á los obreros ravorecidos en hra del orador por otro, nos impiel certamen de Artes y Oficios, I de hacer nn extracto completo de A' las nueve comenzó el acto sn discurso, diremos que ésle fué con una sinfonía que ejecutó muy-i de lo mejor que hemos oido, y bíéh la orquesta de D. Jesús Gar- . cía: Levantóse el telón y una sal- 'Va dé'^aplansós sáíudó al Sr. Ca- rrácidó, individuos del jurado calificador y.dc la junla de la Aso- dación protectora del Obrero, yuc ocupaban el eseenarioj el Secreta-: cio'de la comisión organizadora 'Sr:-Mendc¿' léyo nha memoria y el veredicto del jurado, vendólos favorecidos á recoger sos recompensas. Después daremos cuenta de lo que con este molivo ocu- EESr. Loís en ireves palabras di^as gracias á lodos y levantóse á hablar el Preside¡ilc Sr. Carra- cido que fué saludado con nutridísimos y prolongados aplauso^. Empezó diciendo que éstos aplausos los agradecía en el alma pero qué no ios creía para sí, sino para la Asociación organizadora del Ceríámen, A la cual se los trasladaba íntegros como-premio á sus alanés y desvelos. Hablando .'délas sospechas y maledicencias qué siempre llevan consigo los veredictos de un jurado de esta Índole, dijo que aquí no cabían ni I una ni otra 'porque se trataba de personas de conciencia honrada, cumplidoras de su deber y de algunas que como él eran agenas A los intereses de localidad y A las -pasiones inherentes á cíerlps afectos cpmo la amistad, paie A:&- coyotros^que el jurado se habla que el eniinenlc catcdrálieo de Madrid, "es un orador al que se le oye siempre con gusto y enlusias- mo y que es preciso aplaudirle tan frenéticamente comg anoche se le aplaudió. Lo ocurrido con algimos edne- ros fué lo siguientes al ir A recogerlos diplomas y medallas que el Jurado lcsliíji>ia otorgado, haciendo alarde de una inmodestia asombrosa. [HFcs .se fii^^gaban á sí propios como mercrcdores de nías alta recompensa, rehusaron de manos dei Presidente unos y otras con, modales ray:inos en la mas patente grosería, deshonrando así á sus dignoí^ co.npañeros de gremio y ah-ayí^ido las censuras mas fuertes sobre conducta tan incorrecta como fuera de lugar. Nosotros no vamos á entrar en el examen del veredicto, fuera lo mas injusto que se concibiera, no es protesta en contra de él, el ejercicio de ciertos actos que redunden en descrédito de la esíijiiablc «1 ise ohrCra de Ponlcvcdra. Alguno hemos visto que depositó en la mesa presidencial una rama de un frutal, A guisa de corona y oh'o que se valía de frases altivas al rehusar del Sr. Carracido el diploma que le entregaba, acciones éslas que despertaba el entusiasmo de unos cuanlos mal educados. Por el buen nombre de los honrados greniios de esta ca- nienos sería tácita; nunca lo que anoche hicieron con una persona distinguidísima, que no es de Ponlcvcdra y que no tenía obligación alguna de molestarse cn_ presidir certámenes. Al Sr. Carracido le nolamos al principio algo conlj'ariado con ac- los semejantes^ pero después el publico sensato se encargó de demostrarle, que lo llevado á cabo por algunos obreros, afortunadamente pocos, no tenía aprobación por parle desús dignos compañeros de trabajo ní de todos aquellos que saben que la clase obrera en conjunto es incapaz de comelcr una pitada tan colosaL -A Aver larde se celebró en nuestra phua de loros la novillada que habíamos anunciado. Hallálíise icgiihonieníe concurrida y los'forasleío.s, en especial los del vecino puerto de Vigo, bri- Jlaron por su auseiuia. Eos toretes, r-^idíuion inienos, V dieron un hu o mnv ameno en incidentes y m:. ; di^jlraido que era todo cnanto podía pedírseles en su clase. El único Rocinante que salió á la plaxa durante la corrida, solo tuvo ([ue sufrir un ligero puntazo en el pccbo. La cuadrilla, tomándole el pelo á los bichos, y los bichos á la recíproca, pero incomodándose por aquella lluvia de banderillas que caían en donde el capricho y A veces los apuros ordenaban. El malaorcon bastante diinidaz con pases muy buenos, estocadas que le valieron orejas, y hanileri- llasde mistó y dentro del orden. El sohresalienle, sobrcsaUcndo por el canean que bailó a maravilla delante del último espartano. Hrindaion, clMaesIro^ el tercer toro á D. Bernardo S. Coiíían, que pagó el cariño eon unos cuantos duros, y-el-cuarío, el sobresa- líciiíc, al Diputado por Caldas D. Bernardo Sagasta, que premió aquel baile con oíros tantos. En suma, una buena tarde sin emociones de mayor cuantía, y sintiéndose torero lodo el mundo. La prcsidenc¡;i, (El Sr. López Pérez) muy acertada y complaciente. das de aquella villa, que allí ha cslado ya con objeto de enterarse