BIBLIOTIICA GALLI'Í.A j.J figuraba por grandes sumas lo que los señores percibían de los conventos por razóii de encomiendas, y, en los alistamientos de vasallos, eran contados como tales los de los monasterios que los señores teuLUí encomeuJados. ;'.Durante el siglo X\\ se í.]gcÍ\ á eMe piopósíto en /.'/ /:Vr'-''' :'¦/ I '. 'd'jd [i], .sino enipeoró la sittia- cion de los monaiterJos de Galicia, en nada ha mejorado. Las encomiendas no sólo eran vitalicias, sino que se perpetuaban en las familias; V uno de los principales recursos coit qui contaban éstas p.ua su subsistencia \' ei!,L;randecÍ- miento, eran los productos que rendían las encomiendas de los monasterios; así, la casa de Moscoso percibía cuantiosas rentas por las encomiendas de los monasterios de Acibeiro, Baí- ñas, Camanzo, Moraime v Orria, y contaba, además, con unos mil vasallos. Otros tantos tenían los Ulloas en los cotos de los monasterios de Sobrado, Toques. Perreira de Pallares, \ illar de Donas, etc en \irtiid de las encomiendas. Casi los mismos, v por el mismo titulo, tenían los Andrades en las iÍlk..^ de los monasterios de Cinis, Caabeiro, M.ira y Moule- 10 y dislrutaban, además, de considerables pres- (0 Xiim. i6. T, It i