LCO ■ m * m fiiiüOl'-fl? i: ivr.n NÚM. 7. PRECIOS DE SUSCR1CI0N. FKRROL,.--L'n mes, 4 rs.-PBeVSSClAS.-.Tre» meses «8 id.— LXTTRAMAH.—Seis meses SO Idem.F.XTH AX jr HO.-lu año SO. Ferrol, 8 de Agosto de 1878 DIRECCION. Lopes, «18. ASI SiC IO*í.--r reí'los eonveneienaLos. ilSlITFMri ■.•uAbiia LIMPIEZA POBLICA. Si hemos de ser fieles á nuestras promesas; si es preciso que nos ajustemos en un todo ix la línea de conducta que de antemano nos hemos trazado y que oportunamente, al publicar nuestro reciente programa, dimos á conocer á nuestros lectores, creemos muy del caso ocuparnos, aun á trueque de aparecer molestos, en llamar la atención de aquellas personas que, ya por hallarse al frente de la localidad, á cuyo mejoramiento hemos ofrecido consagrarnos preferentemente, ya por su indisputahle ilustración y cultivado gusto, son llamadas á velar por el ornato público, impidiendo por cuantos medios están á su alcance, el que una población de la importancia material de la nuestra, no solo aparezca ante propios y extraños que puedan visitarla, descuidada en lo que 4 su aseo concierne, como hoy se encuentra, sino (y esto es lo mas doloroso) que llegue un dia en que vea trocadas sus hasta hoy envidiables condiciones higiénicas, por los mil elementos que á no combatirse constituirán segu ramente y en época no lejana, otros tantos focos de infeccioné insalubridad consiguiente. Seguramente que no hemos de ocuparnos hoy por hoy, de la manoseada cuestión del celebérrimo foso, manantial perenne de desagradables y nocivas emanaciones, acerca del que, asi como de su inutilidad actual, se ocuparon aunque con éxito negativo, mas de una publicación asi de la localidad como de fuera de ella. No estaría tal vez en las atribuciones del Municipio el remedio, por mas que conozca el mal y como nosotros lo lamente. Pero si lo está y es de coste relativamente insignificante á la vez que no menor su importancia, el hacer que reaparezcan en Ferrol los carros de limpieza pública que, sin que sepamos á que atribuirlo, han sido condenados desde hace algunos años á un pernicioso ostracismo que no alcanzarían á justificar cuantas razones económicas pudieran alegarse. Es cierto, y no seriamos justos si asi no lo consignásemos, -que Ferrol se engalana de dia en dia con nuevos paseos y elegantes jardines donde los rigores caniculares son menos sensibles: pero ¿por ventura no se hacen casi inaccesibles desde el momento en que para llegar á ellos es indispensable luchar con las molestias del polvo que abunda en nuestras calles y la presencia de inmundicias repugnantes siempre? Y es tanto mas necesaria la reposición de la aludida mejora, cuanto que, sí por una parte es imposible el riego en nuestras calles por mas de un concepto, por otra hácese de todo punto imposible buscar cómodo y agradable esparcimiento en las afueras de la población, merced al lastimoso estado en que se encuentran las. carreteras que parten de ambas puertas, Nueva, y de Cánido. Otra disposición que sin duda alguna honraría igualmente á nuestro Municipio y que no seríamos los únicos en agradecerle, como seguramente no lo somos en recomendarle, sería la que prohibiese terminantemente que los rebaños de ovejas, carneros y otros animales domésticos que deslucen la hermosa, si bien incompleta, calzada que por la calle de la Iglesia se dirige hácia el paseo de Herrera, vayan á utilizar por allí un escasísimo pasto que sin duda les sirve de pretesto para invadir el átrio del templo parroquial en el que discurren y pacen libremente. La Iglesia de San Julián por su mérito arquitectónico, seguramente que no puede ser un gran edificio, pero dista mucho y debe distinguirse igualmente , de las desmanteladas parroquiales de algunas aldeas. Más pudiéramos decir y por tanto pedir más á nuestra celosa autoridad local; pero seguros como estamos de que no por pedir mucho habríamos de obtenerlo todo, haremos punto final sin encarecerle una vez mas ¡a ne¬ cesidad y ventajas que habría de reportamos la práctica de las mejoras solicitadas, lo cual justifica cumplidamente nuestras pretensiones. Nuestro apreciable colega local en su editorial de ayer participa á sus lectores, con la urgencia que el acontecimiento requiere el próximo impulso que en breve va á darse á las obras del nuevo y decantado teatro. Según él, la mayor parte de los accionistas se proponen hacer cesión de todos sus derechos en la referida construcción, al Ayuntamiento de esta Ciudad, caso de que esta corporación se comprometa á proseguir sin interrupción los trabajos, consignando en su presupuesto la cantidad anual que juzgue necesaria para evitar nuevas paralizaciones. Según un suelto de la sección local del mismo nümero, el pensamiento es ya un hecho y la cesión será una verdad, toda vez que la mayoría de los Concejales se halla dispuesta á consignar la cantidad de 5,000 duros por medio de un presupuesto adicional, destinando otra igual en los sucesivos á fin de emprender desde luego los trabajos. Si esto es exacto, en verdad que estamos de enhorabuena. Por de pronto, que ao falte nuestro Amen. fecha determinada, procuran sin embargo pof todos los medios posibles, abreviar los trabajos, de tal suerte, que relativamente á las obr&s hechas parecerá corto el tiempo invertido. Una vez terminada la Alameda^ podrán aetivarse también los trabajos de los jardines de Sánchez Barcáíztegui, que vendrán á ser una» continuación de aquel paseo, continuación preciosa si se lleva á cabo todo lo proyectado, que sí se llevará. Lo que no creeríamos prudente, és qué antes de lerminar los trabajos se distrajesen loí operarios que hoy toman parte en ella pam dedicarlos á otras obras. Lo primero es terminar la Alameda; luego hay tiempo de hacer todo lo ^eraás que se quiera. Imposible nos sería explicar el goio que sentimos al dar cuenta de tan agradables asuntos; cuanto redunda en bien de Ferrol nos product una emoción dulcísima y nuestra mayor satisfacción consiste en poder aplaudirían sin reserva como lo hacemos hov. Decididamente, dentro de un plazo breve tendremos en Ferrol un paseo que merezca el nombre de tal, pues atrae los plácemes de todos la nueva Alameda, cuyas obras adelantan con notoria rapidez. Colocados ya gran nümero de faroles y bancos, activada la construcción del pa;co para la müsica, hechas las escalerillas y preparado todo para el planteamiento de los jardines centrales, no se hará esperar mucho la total terminación de las obras, lo cual honra en alto grado á sus directores, que sin haberse comprometido á realizar el proyecto para una o Contiaüa, tan ágria como ayer, tal ve* menos que mañana, la discusión entablada entre nuestros apreciables colegas de la Coru* ña El Comercio Gallego y El Telégrama. Ambos se hacen cargo del suelto que les dedicamos en el uümerodel 4; y cada uno de los dos trata de arrimar á su sardina una parte del áscua. Abrigamos la esperanza de que también ge harán cargo del articulo que publicamos en el número 5 y que algo noa dirán respecto á él. ¡Ojalá sirva, cuando menos, para calmar na tanto el ardor que inútilmente gastan en la polémica los dos periódicos citados. Dice el Daily Post que en Bristol se presentaron casos alarmantes de fiebre tifoidea en unas veinte ó treinta familias y quf la ¡junta médica de salud pública declaró que proceda tocaba en el horizonte á la linea de nubes. Todo el armonioso SÉpectb del país de Tours que parece un inmenso y risueño jardín, regado por el mas precioso de los ríos franceses, alumbrado así de través, tomaba por efecto de aquellos violentos resplandores caprichosos tintes y rarísimas formas. Las colinas crecían, los horizontes se alejaban en fantástica gradación; la noche caía ya en el fondo de los valles, miéntras que las crestas del rededor brillaban en franjas de variados colores. . . . Todo el mundo estaba en las ventanas del pabellón; pero nadie admiraba aquel maravilloso espectáculo. Al ponerse el sol se ahogaba en aquellos expléndores; su última caricia encendía el paisaje frasformado: nadie miraba ni al paisaje ni al sol. Las miradas todos se fijaban en mi solo punto, los rostros de todos revelaban una inquieta admiración. En la cima mas elevada de la costa Y en el camino que vá de Tours a Angers, un hombre — mejor dicho una aparición — se dejaba ver. ¡Frente á frente del sol! Su alta sombra se'destacaba negra sobre la púrpura deldisco solar. Y la luz oblicua hacía llegar su enorme sombra hasta el fondo del valle. xvni. EÍ Tiajero. Al principio el hombre parecía inmóvil: siniestra estátua en medio de aquel deslumbramiento. Pero pronto se víó que andaba, porque su cabeza bajóá nivel de la cima, tras la cual el sol se puso. Fanchón poí1 uua parte y .loü-Co?iir por QIÍ-«, & arrojaroii sbbre el vízeonde Pablo para arrancarle la íátal estampa que se rompió, c — Y es fácil de cantar, interrumpió Fanchon. Escuchad. Y con la voz un poco cascada que tenia cantó: Señores os aseguro que rni desdicha es muy grand# pues aunque no tenga apuro , es preeiso que yo ande. Con tiempo malo ó hermoso Jamás encuentro reposo.