Y lo peor es que yo miento también; yo, (jue en el entusiasmo de mi propia contemplación, me he llegado á figurar que soy un muchacho excelente. El Renacimiento, apesar de su predilección por la forma clásica, fue ecléctico también. Hoy llamamos greco-romana á su arquitectura, con cuya denominanion se abona sobradamente nuestro aserto, prescindiendo de las escuelas pietóricas que lo confirman. Guido Reni en Italia, Frans Floris en Alemania, Alonso Cano en España, son tres glorias del eélectismo artístico. ¿Y qué otra significación tiene Weber en la Los artistas que erigieron las maravillosas catedrales góticas, representan eleclectismode la Edad media. En Italia fundieron su ideal con el ideal romano: en España con el morisco; en Francia, Inglaterra y Alemania con el bizantino, el de Palestina y el de las orillas del Zeuxis fué un pintor ecléctico, y ecléctico es el orden compuesto de la arquitectura antigua. Obsérvese el desenvolvimiento del arte en la historia. ¿Existen eclécticos?—En la ciencia, no. En el arte y la literatura, sí; porque el objetivo de estas no es la verdad, sino la belleza; ía verdad es unasola,y labelleza tiene frases indefinidas: en la verdad no cabe mas que el conocerla y poseerla; en la belleza eabe la elección de cualquiera de sus ideales, y cabe por consiguiente el eélectismo. Y á incluir, forma un inventario de filosofías, mezcla de verdades y errores, sincretismo puro, que es lo diametralmente opuesto á sus fines. Es además paradógica esta pretendida filosofía, puesto que queriendo armonizar, se erige en escuela ó sistema, lo cual implica en sí el exclusivismo. Un ecléctico, Jouffroy, calificó su sistema de círculo vicioso. Esta confesión de parte, hija de un talento de los más claros, cierra toda polémica. Si sienta bien al eclectismo el atavío de la novedad, fácil problema es de resolver, conociendo la escuela de Alejandría, cuyo fundador quiso unificar los principios de Platón y Aristóteles y los dogmas orientales. Y no fné Potamon el único que así deliraba, cuando siglos después se intentó fundir las ideas de Reid y de Kant, el sensualismo y el idealismo. Cousin, que pasa por el corifeo de los eclécticos, protesta que aspira á otra luz y otra verdad, á un objetivo mas excelso: al esplritualismo. Hé aquí una inteligencia poderosa que no yerra siis caminos. En una palabra: ¿existe eleclectismo? —Co- escuela, como sistema, como principio tras - cendental de una filosofía, no existe, porque no es posible. EL HERALDO GALLEGO. 98 LAS BUENAS FORMAS. Esto no sucede en la ciencia, que adquiere un desengaño mas. Sucede en el arte, que se abre nuevos caminos. Así el eclecticismo simboliza la lucha y la armonía, y simboliza nuestro siglo. Haciéndose con él cada artista su asimilación peculiar, resultan inspiraciones en número indefinible, todas variadas, todas bellas, divergentes entre sí, y únicamente iguales en el modo de llegar á ser, no en el modo de ser. Pero el poeta mas ecléctico, el de mejor gusto, el primero de los atrevidos y felices innovadores, fué Pastor Diaz, gloria de Galicia y legítimo orgullo de letras patrias. Es el eclecticismo por naturaleza incierto y vacilante. Inútil y contradictorio en la ciencia, lo hacen suyo el arte y la literatura, no como sistema, escuela ó principio, sino como método para fines mas altos. Entre las múltiples manifestaciones de la literatura española contemporánea, merece atención singular el eélectismo de Ventura de la Vega, de Pacheco y aun de Gil de Zarate. Teodosio Vesteiro Torres Madrid 15 de Febrero de 1874. La filosofía ecléctica llevará al panteísmo y al naturalismo. El arte ecléctico llevará a la belleza absoluta á Dios. La historia y la crítica hablarán del eclecticismo-sistema en la página de las utopias. Los eclécticos del arte y la literatura serán los modelos que estudien nuestros hijos para tocar la meta de sus afanes. música? ¿No es asimismo el Quülermo Tell de Rossini una ópera ecléctica? Estaba reservado á la literatura moderna el emprender esta vía. Agotados todos los recursos de las escuelas y reconocida la esterilidad de la lucha entre clásicos y románticos, las letras debían seguir -el vuelo de las artes y de la crítica. Uno de los mayores triunfos de nuestro siglo fué el conseguir que los ingenios se desapasionaran, y tendieran discreta y prudentemente á realizar la belleza poética, sin afiliarse en los enconados partidos de los antiguos literatos. Pero ¡qué diablo ha de hacer uno sino seguir la corriente de esta picara sociedad que nos admite eu su seno, previo examen de buena ¡La mentira siempre la mentira!