EL CuimEO GALLEGO. pais desde que se lia decretado la incautación para hacer los estudios por cuenta de la prode estas líneas, piden que se dirija una expo- vincia, interesando en ello a las demás de Galicia y á sus representantes en los cuerpos co- sicion al Excmo. Sr. Ministro de Fomento en solicitud de que en el mas breve término posible, se les dé el indispensable desarrollo; que se dirija una comisión, en el mismo sentido, al consejo de ineantaeion, y excitaciones álos señores Senadores y Diputados de la provincia con igual objeto; y que se interese á, la Diputación de Lugo á coadyuvar á la consecución del fin propuesto. Se aprobó también la exposición formulada al electo, la que publicamos á continuación. Se tomó en ronsideracion pasándola á la Comisión de Beneficencia y Sanidad, una proposición de los señores Yarela Montanaro, Pérez, Reoyo, Cuevas, Osorio, Moreda y Posse, quienes lamentando la paralización en (pie yace el expediente relativo á la creación de un manico mió regional, en el ex-Monasterio de Conjo, formulan una exposición al Ministerio de la Gobernación para obtener que resuelva con ur- legisla lores. EXCMO. SR. MINISTRO DE FOMENTO. EXCMO. SR.: La Diputación provincial delaCoruna ú V, E. con la consideración debida expone: Que correspondiendo á la general ansiedad del pais y en vista de las alhagüeñas esperanzas que en él han despertado h incautaciondelas líneas farreas del Noroeste y la ley que proporciona los recursos necesarios para llevarlas á pronto y feliz término, juzga que es uno de sus principales deberes hacérsé eco de la opinión y llamar la atención del Gobierno de S. M. acerca de la necesidad de dar él posible desarrollo é imprimir la mayor actividad á las obras, especialmente en las secciones de Lugo á Saria y de Brañuelas á Ponferrada, sin olvidar el trayecto intermedio en cuanto lo permitan los regencia, y demandan que se interese para ello curaos de que se dispone en virtud de la ley citada, la cooperación délas demás Diputaciones de Interesa esto á todo este estenso territerio y en Galicia y de los señores Senadores y Diputados á Córtes que las representan. Se tomó también en consideración y acordó pasar á dicha comisión otra propos'cion de los señores Yarela, Pérez Reoyo, Montanaro, Mo reda. Cueva', Posse y Osorio, dirigida á ha cer la misma clase de gestiones á fin de alcanzar la pronta resolucioa del expediente de ola sificacion del Gran Hospital de Santiago, in coado en 1876 y pendiente de la resolución del Gobierno, con el propósito de regularizar la administración de este importante establecimiento. Se tomó en consideración y acordó pasar á la Comisión de Fomento una proposición del señor Diputado provincial D. Benito Mella Ga yoso, cuyo objeto es de elevar una exposición al excelentísimo Sr. Ministro del ramo, para q^e se sirva activar la construcción de la ca rre'era general que de la Villa de Padrón, se dirige, por Carcacia y Teo, al Puente Ulla, que es parte de la qne figura en el plan gene ral coráo de Muros á Noya. Se tomó en consideración y acordó pasar á la Comisión de Fomento una proposición de los s mores Yápela, Pérez Reoyo, Montanaro, Mella, Posse y Oosorio, en laque, partiendo de la consideración de ser reconocidas la conveniencia, y v;tilidad, de una vía-férrea que poniendo en comunicación el puerto de la Coruña con la ciudad de Santiago, enlace entre sí las vias de igual naturaleza que se están construyendo en , las demás provincias de falicia, se termina á dirigir á 'ai Córtrs una exposición, solicitando que se comprenda en el plan general de ferrocairile? uno que partiendo de Santiago, enlace con el del Noroeste, en el punto Pairado de la Tieira por ser el único trazado en condiciones de fácil construcción y economía en una extensión apróximadamente de 5G Kilómetros; yá que se solicite autorización del Gobierno primer término á las provincias de Lugo y de la Coruña, porque sóbrela fundada esperanza que alimenta de que en época no lejana toque á su deseado término la construcción de la via que tanto ha de contribuir á la prosperidad del pais por medio del consiguienie desarrollo de los múltiples elementos de riqueza en que abunda, proporcionará trabajo á la numerosa clase obrera que boy, por falla de jornal bastante para librar su subsistencia, busca en la emigración á las Antillas y a las Repúblicas SnrAmcricanas su necesario sustento y el de sus familias con el sacrificio muchas veces de su vida y siempre con perjuicio notorio del pais, y desarrollará el trafico que ya existe entre las provincias citadas, aumentando el rendimiento kilométrico de ferro-carril. Es de notoriedad indiscutible que los 115 kilómetros en explotación entre la Coruña y Lugo se alimentan principalmente con las mercancías que proceden de Sarria y Monforte y con las que van destinadas de esta capitalá dichos puntos, que a la vez que centros productores, lo son de gran consumo; y como esto sucedería en mayor escala á medida que se faciliten las comunicaciones prolongando la linea por lo ménos hasta Sarria, |cree la Corporación exponente que debe tratarse de conseguir este resullado lo más pronto posible, toda vez que las obras do dicha sección se hallan terminadas en la mayor parle de su trayecto. En cuanto á la otra sección de Brañuelas á Ponferrada es inútil, después de lo espueslo razonar la conveniencia de activar sus obras. La Diputación abriga él convencimiento de que eslá en el ánimo de V. E, dedicar anualuiente los diez millones dlsponiblescon arreglo á la ley, á esla importante sección y á terminar lo poco qne falta de las de Lugo á Sarria hasta abrir ambas á la explotación, emprendiendo con igual actividad las obras jdelas secciones intermedias. No se oculta á este Cuerpo provincial que dichos diez millones, asi como los otros diez destinados á la línea de Asturias, fueron concedidos solo para llevar á cabo la esplanacion y obras de fábrica: mas tampoco ignora que por virtud de lo prevenido en el art. 10 de la ley de 12 de Enero de 1877, el Gobierno de S. M., llegado «1 caso de la incautación, había de subastar el material fijo y móvil necesario para que las fincas se ftbriesen á la explotación en el orden que señala el art. 1.° de dicha ley. Tal vez sea menester llenar ciertas formalidades legales para realizar estas legitimas aspiraciones de un pais digno por tantos conceptos de la mas vivo solicitud del Gobierno; y precisamente por eso esta Corporación espera confiada en que V. E., que tantas pruebas viene dando de su distinguido celo por el desarrollo de los intereses morales y materiales, hará uso de su poderosa iniciativa á fin de vencer cuantas dificultades se presenten para la consecución de los fines expuestos, seguro de que á la satisfacción que siempre resulla de hacer el bien de los pueblos, ha de unirse la expresión mas sincera de la gratitud de los de esla importante región que conslilnyc mas de la octava parle de la Península y que no siempre ha sido tan atendida como sus cuantiosos y múltiples intereses reclaman imperiosa y urgenlemenle. Por lo tanto este Cuerpo provincial á V.'E. 1 Suplica se digne dictar las disposiciones oportunas y proponer á las Corles, si fuere preciso, las medidas legislativas que sean cenducentes á que se de el mayor desarrollo posible á las obras en general y á las secciones de Lugo á Sarria y de Brañuelas á Ponl'erradalparliculannente, a fin de que puedan abrirse á la explotación en el mas breve plazo. Asi lo espera esta Corporación de la ¡notoria rectitud y reconocido celode V. E. Palacio de la Diputación 4 de Noviembre de 1S78. EXCMO. SR. Nuestro colega local promete ayer publicar inmediatamente la historia de la Corona fúnebre dedicada á la memoria del malogrado poeta gallego Teodosio Yesteiro Torres, historia que nuestro colega ha juzgado el coco capaz de asustarnos, y cuya publicación se deberá á nuestras repetidas instancias por que lo hiciera. Logrado nuestro objeto, el objeto que nos proponíamos al instar á nuestro colega para que publicara esa historia, tócanos hoy á guisa de prólogo decir cuatro palabras á nuestros lectores y á nuestro colega. Desde que EL COKHEO GALLEGO vió la luz pública, nuestro colega local le declaró una guerra indigna, imposible de sostenerse, estéril en su resultado; guerra cobarde en la cual uno de los combatientes eludía las batallas, para limitarse á incalificables tiroteos sobre una persono, querida para nosotros, que nunca enseñó su personalidad privada en nuestras columnas. El resultado de cuantas cuestiones se susci- ?.üi ''U Iflíiíiiilof n Y- . 'JÍ¡\) Sli fíü ;: Sfíriíulllfl ÍM|«I taron con nuestro colega, está á la vista, y no necesitaremos recordar que todos sus argu¬ mentos, así en la cuestión motivada por el drama Luchas del alma, como en la del archivocaja; lo mismo en la de Ordenanzas municipales, que en las más recientes, el argumento de nuestro colega local, vencido, era un suelto misterioso con embozadas alusiones á la personalidad de 'nuestro muy querido director. Cuando se agitó la cuestión del 50 p § en intereses municipales, inconvenientemente provocada por nuestro colega local, un redactor suyo nos llamó al terreno personal para amenazarnos con dirijir ofensas á nuestro director. ¿Puede calificarse esto? En una palabra, nuestro colega que no ha sabido ó no ha podido vencer á EL CORKEO GALLEGO en ninguna de las cuestiones sostenidas con él, se ha limitado á esgrimir un arma que mancha la mano y el rostro de quien la esgrime: la amenaza de una ofensa personal. De esto no hay un solo ejemplo en el periodismo, ni uno solo. A nuestro colega cabe la tristísima gloria de inaugurar el sistema. EL CORUEO GALLEGO nada tiene que temer de la publicación de esa historia ni de ninguna otra; en el mismo caso se halla nuestro director; y no seremos nosotros los que le tracemos la línea de conducta que debe seguir, si el colega se decide á dirigirle ofensas. Porque le conocemos, estamos persuadidos de que nuestro queridísimo amigo irá á todos los terrenos que reclame su personalidad ofendida; por que le conocernos, no vacilamos en asegurar públicamente que su honra y su dignidad están muy por encima de todos esos groseros escarceos hechos en un terreno indigno por nuestro colega local. . Tenga, pues, la historia de esa corona y sepamos de una vez qué esperanzas funda en su publicación nuestro colega, y qué parte tiene en el asunto EL CORUEO GALLEGO. Al público los comentarios, á nuestro director el epílogo. La Redacción. NOTICIAS LOGALES. En su número de ayer, d.jo nuestro colega local: «Hay quien pretende darnos lecciones de cullura y de educación, olvidando en su desmedido alan de exibirse. más de lo que debe y le conviene, que somos unos y otros, conocidos ya de muy antiguo, en el pueblo en que escribimos. « Por si se dirijo á nosotros, bueno será hacer constar que opinamos como él. Y hasta le concedemos una ventaja: lógicamente, nuestro colega debe ser más conocido, pues cuenta ya seis años de existen- — 26— — xNTi el mundo ni yo lo ignoramos, y mi hijo vá á saberlo. — Ved que los dos se aman, que van á sufrir horriblemente. —Mí hijo ha sido educado en las tradiciones de su familia, y hallará fuerzas en su altivez. — Pero, ¿y ella? — La íalta será de su padre. — ¡Ha sufrido ya tanto! — Lo siento; pero no insistáis. Una madre deshonrada deshonra también el porvenir de su hija. — Pero el honordel padre ¿no es una protección? La madre murió hace tanto tiempo,.. — El escándalo sobrevive. — No seáis inllexible. — ¡Cuidad de no ser demasiado generoso! Si tuvieseis un hijo, ¿pediríais para él la mano de la señorita Parcey de Lamaury? ¡Contestad! ¿No respondéis?... Easta. Adiós. Me felicito, mi querido conde, de haberos visto antes de llevar las cosas á un extremo, en el cual la retirada fuese mas penosa todavía. — ¿Y qué diréis, marqués, á M. de Parcey de Lamaury? — Mi respuesta será la misma que acabáis de darme, el silencio. Al salir, el marqués de Neuillé repitió con energía: — ¡La hija de Mad. de Parcey de Lamaury entrar en mi casa! ¡Jamás! Y cerró bruscamente la puerta. El conde de Romeuil permaneció un momento de pié, inmóvil... De-pues cayó de repente sobre un sillón, como si le hubiesen herido de muerte, y un grito desgarrador escapó de sus lábios. — ¡Rija mía! ¡Hija de mi alma! La puerta de la habitación se abrió lentamente sin que el conde se apercibiera de ello y M. de Parcey, temb!oroso} se adelantó, diciendo; —27- — Desde vuestra ventana, en donde me hallaba, he visto salir al marqués... El conde se levantó con rapidez, tratando de reparar su desórden. Pero M. de Parcey lo había notado ya; le habia visto tendido en el sillón, oprimiéndose el pecho y se habia quedado mirándole lijamente. — El marqués había salido y vos no me llamabais, mi querido Romeuil, balbuceó. ¡Ah! Yuestro sileneio, vuestra emoción, me dicen demasiado á qué atenerme. El conde se adelantó, y estrechándolo las manos le dijo: — ¡Yalor! M. de Parcey se apoyó en una silla. — Ha rehusado, dijo. — Ya conocéis sus escrúpulos intolerables, respondió el conde. M. de Parcey quedó anonadado. ílubo entre los dos un silencio doloroso. — ¿Cómo hacer saber á mi hija lo que vos no osáis decirme? murmuró M. de Parcey. — No se lo digáis todavía. Esperad. El dolor del hijo quizá logre ablandar al padre. — No le ablandará. Se volverá también contra nosotros, cuando, á su vez, conozca ese pasado. Fué mi nombre, pronunciando entero, el que motivó ese cambio. El conde guardó silencio. — Héahíel olvido en que yo fundaba mi esperanza... dijo M. de Parcey... ¡Hija mía! ¡Desgraciada hija mia! ¡Yo soy quien te roba la felicidad! — ¡Yalor! repitió el conde, volviendo la cabeza. M. de Parcey se levantó sin poder pronuiíciar una palabra. En el momento de salir mano en silencio las lágrimas le ahogaban El. conde le estrechaba la